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lunes, 30 de julio de 2018

.·. FOREVER OR NEVER .·. III [Remasterización 2018]

Personajes: Onew - Taemin - Key - Jonghyun - Minho
Género: Suspense
EEL: +13

Personajes secundarios: Satanás, Lucifer y Astaroth

Resumen: Taemin,el famoso y temido hijo de Lucifer ,cansado de la monotonía del infierno,convence a Onew, el inmaduro padre de Satanás,para escapar a la superficie y ver el mundo de los humanos de cerca.Sin embargo, antes de que logren alcanzar la puerta que les conduce al mundo de los hombres, se presenta ante ellos uno de los reyes infernales,con un trato que no podrán rechazar.
¿Qué sucede cuando accedes al mundo de los hombres como uno más?



Aclaraciones: Sugar[Taemin] _ Íkaro[Onew] _ Keymera[Key] _ Charismatic[Minho] _ Bling-Bling[Jonghyun]





La discusión con Taemin le había puesto de muy mal humor y no había tenido ni siquiera la paciencia necesaria como para atender a los reproches de aquella mujer mortal que parecía ser su madre, algo de lo que él, Onew, como primer demonio conocido y padre de Satanás, nunca había tenido y de lo que jamás había tenido que preocuparse.
No tuvo que rendir cuenta de sus actos a nadie, porque era temido y respetado en el Infierno a pesar de que ni siquiera se molestaba en ejercer ninguna clase de poder o dominio sobre los demás.

Si ahora estaban en el mundo humano, era porque se los había permitido el Rey Lucifer, el padre de Taemin y su presencia en aquel mundo no indicaba otra cosa que no fuera, simplemente, ser humanos. Tener una vida como la que cualquier humano tendría.
Hizo, lo que normalmente haría en su tiempo libre en el Infierno. Leer. Aprender en dónde estaba, quién era y qué era lo que le rodeaba. Buscó información de cada objeto que encontró en su habitación, daba igual que el aspecto fuera idéntico o similar a los que había en el mundo de los demonios, prefería estar seguro de que los humanos no lo empleaban para nada más.

El nombre del humano en el que estaba metido, era Jinki Lee y, según ponía en las libretas, agendas y diarios que encontraba por las estanterías y en el escritorio, sus amigos le decían Onew, y que ese mismo apodo se lo había puesto Tae... ¿Cómo no? Era el príncipe quien había decidido su nombre.
Al parecer, era un estudiante modelo, iba al último curso del instituto y había quedado primero de su clase, todos y cada uno de los cursos anteriores, lo que lo colocaba en la posición de un “estudioso”. Parecía tener unos gustos latentes por la comida en general, sobretodo por las recetas que tuvieran que ver con pollo. Había un tablero de corcho del que pendían diferentes medallas de concursos de ciencias, además de las calificaciones de aquel año y fotos con sus amigos.

Le resultaba irónico a aquel viejo demonio, comprobar que a fin de cuentas, aquellos cinco humanos, eran tan buenos amigos entre sí, como lo eran él con sus cuatro compañeros.



Sentado en el escritorio, intentaba no pensar demasiado en el Príncipe, pero era inevitable.
Él adoraba a Taemin, lo adoraba a pesar de que era un completo idiota y estaba más que demostrado que era así. Todo lo que pasaba entre ellos, fuera o no por su causa, era señalado como culpable por el dedo acusador del joven Príncipe Demoníaco... No importaba cuanto hiciera por complacerlo, eso nunca parecía ser suficiente para un Taemin, que siempre tenía mejores palabras y sonrisas para cualquiera que no fuera él.
¿De verdad iba a tener que plantarse delante del menor y explicarle, confesarle abiertamente cuáles eran sus emociones, sus sentimientos por él?¿De verdad que iba a tener que exponerse de aquel modo delante de todo el mundo?
Aparentemente, iba a tener que hacerlo. No quería cargar más con aquellos desprecios injustos y ni siquiera se había dado cuenta, de que el problema no era que Taemin lo tratara mal, el problema, estaba, en que tenía sentimientos por él.
Ese era el verdadero problema.


Tras un buen rato aprendiendo cosas sobre los humanos y sobre la propia vida que supuestamente llevaba aquel cuerpo en el que estaba alojado, escuchó que la mujer que era su madre, le llamaba a merendar. ¿Merendar?¿Qué era aquello?
Tratándose de una madre, no podía ser nada malo o eso quería pensar, de modo que se levantó, abrió la puerta de su dormitorio, que parecía ser como un santuario personal en el que nadie más podía entrar a pesar de que el acceso fuera tan simple como girar el pomo de la misma.
Al salir al corredor, le llegó un olor dulzón y agradable, que casi podría haberle llevado flotando hasta la pequeña cocina del departamento, donde su madre había preparado unos bollos, los cuales buscó de forma disimulada en su dispositivo demoníaco, para saber qué eran exactamente. Allí los llamaban gofres y según la composición del plato, iban acompañados con chocolate y helado. Realmente se olía bien y tenía mucho mejor aspecto, pero antes siquiera de llegar a tocarlo, se quedó quieto porque la mujer mayor comenzó a hablar:




—Sé que antes me puse un poco histérica con el hecho de que te hayas pasado todo el día con tus amigos, pero tienes que comprender, Onew, que me preocupo por ti. Ya sé que nunca me has dado problemas, pero lo importante para mi es que no olvides tus estudios. Éste verano tienes la prueba de acceso a la universidad y no quiero que tus amiguitos lo estropeen.
—...
—No me mires con esa cara, jovencito, ya sé que siempre estás estudiando y que mereces un poco de libertad,me lo has dicho muchas veces éstos días, pero es más importante que no dejes de estudiar. Si vuelves a quedar primero y a sacar todo con diez, te darán una beca completa para la universidad y nos vendría muy bien. Sabes que tu padre ya no gana tanto como antes.
—... 



Ella no insistió y el demonio no dijo una sola palabra. Para él, los estudios no eran nada, aunque siempre se había considerado ciertos saberes como instrumentos del demonio, pero evidentemente en los tiempos que corrían, eran pocos los humanos que guardaban alguna clase de adoración al demonio en sí mismo, aunque toda clase de placeres, pertenecieran al Infierno.
Ni siquiera estaba seguro de que fuera a quedarse el tiempo suficiente como para tener que ser responsable y consecuente con el tema de los estudios... Aunque si el objetivo era vivir como humano,quizás sí que iba a tener que ocuparse ellos.

En silencio, Onew tomó los cubiertos comenzando a comer lo que su madre había preparado.















Taemin observaba embobado aquella pequeña caja en la que estaban encerradas algunas personas dando gritos, sentado al lado de su padre y su madre, se preguntaba qué diablos hacían aquellas personitas ahí metidas.
Lo llamaban televisión y era parte de la tecnología humana, que permitía hacer llegar imágenes por medio de sabe Lucifer qué cosas. Le recordaba mucho al pequeño teatro de almas humanas que le regalara su padre cuando cumplió sus primeros cien años de vida y que consistía en algo muy similar a aquello, con la diferencia de que se trataba de una caja de hierro fundido, simulando un escenario antiguo y en el que había atrapadas almas que estaban condenadas a representar las obras y los cuentos que a él le diera la gana, durante toda la eternidad.

Algo así parecía suceder con aquel extraño aparato, ya que podía ver cómo cambiando con un botón, las personitas del interior cambiaban de ropa,de aspecto y de acción.
Tenía que admitirlo, los humanos eran verdaderamente increíbles con sus inventos. Y evidenciaban que llevaban demasiados siglos sin subir y que se habían perdido muchos avances.

Aún con la boca abierta, escuchó la voz de su padre humano replicándole algo y giró la cabeza a verle cuando pronunció su nombre en un tono que se le hizo completamente desagradable.



—Taemin, te estoy hablando. Cierra la boca de una vez, pareces un retrasado mental.
— A lo mejor el retrasado mental eres tu -dijo malhumorado el menor antes de esquivar un manotazo de su progenitor y ponerse en pie de un brinco- Ni se te ocurra ¿me oyes? No se te ocurra ponerme una mano encima o haré que te arrepientas de haber osado...
—¡Taemin! -replicó su progenitor antes de ponerse en pie y sacarse el cinturón de los pantalones.




Se habría quedado a enfrentarlo, si aquel sentimiento tan humano de miedo, no se hubiera apoderado del Príncipe, obligándole a salir corriendo a refugiarse en su dormitorio, donde ya de por sí,tenía un doble seguro la puerta, lo que indicaba que aquel comportamiento de su padre humano, era mucho más habitual de lo que parecía a simple vista.
Le recordaba mucho a su infancia en el Infierno, donde, por supuesto, por ser hijo de la nobleza, había sido brutalmente torturano y entrenado desde bebé para ser despiadado y poderoso al crecer, para el día que tuviera que ocupar el puesto de su padre como segundo rey infernal.

Algunos golpes en la puerta y luego el silencio. Escuchó los pasos de su padre humano alejarse por el pasillo y mentalmente se dijo que era un maldito imbécil. Se acercó a la ventana y la abrió para dejar entrar un poco el aire y así poder observar en silencio aquella maraña de altos edificios,tan similar a su verdadero hogar. 
Podría haberse evadido de todo en esos momentos, si no hubiera escuchado el eco de unos gemidos que le eran totalmente conocidos. Bajó la vista y justo en frente, varios pisos más abajo, pudo ver la habitación de Jonghyun y de Key y a éstos dos por la ventana. Era evidente a todas luces que estaban follando, más que por las posturas y el hecho de estar desnudos, por los ya conocidos gritos de su amigo, siempre que follaba con alguien, gritaba de forma exagerada y era totalmente exagerado y escandaloso.
No pudo evitar empezar a reírse al verlos y luego de unos segundos, se mordió el labio inferior y sacó su dispositivo móvil para emplear la cámara del mismo y hacerles una foto. La suerte de que aquel aparato fuera demoníaco, radicaba en el simple hecho de que la imagen no se pixelaba y en todo el esplendor de la escena, buscó a Minho entre sus contactos y se la envió. 
Nada en el mundo iba a ser tan divertido como escuchar a Minho dando gritos desde donde quiera que fuera su casa, ya que no recordaba bien en qué piso vivía en realidad. Conforme las ganas de reír fueron dejando paso al silencio, se quedó pensando en que en realidad aquello le molestaba y pronto estaba refunfuñando y odiando a Key por ser el que tenía las atenciones y la polla de Jonghyun ¿por qué Key? No era más que un simple demonio sin mayor importancia que la del pecado que representaba y él, siendo el primogénito en la línea sucesoria de Lucifer, no tenía las atenciones de aquel demonio-perro que era Jong.

Cuando dejaba de ser gracioso, era totalmente frustrante y se negaba a aceptar que era Key el que estaba allí disfrutando... Comprendía la rabia y la impotencia de Minho y la envidia que le estaba subiendo desde el estómago hacia la garganta, hicieron que Taemin se planteara alguna manera de separar a aquellos dos. Eso era... Los quería separados al uno del otro e iba a precisar de la ayuda de Minho para poder hacerlo... Si Minho seducía a Key, algo que no parecía ser del todo complicado, él podría acercarse mejor a Jonghyun...

Y eso le hizo pensar en algo más, en alguien más... En el estúpido de Onew y su mala costumbre de discutirle todo como si su condición no fuera importante.
Tamborileó los dedos sobre el marco de la ventana mientras observaba a Key y Jonghyun ya habiendo terminado, quedarse los dos juntos acostados sobre la cama,dándose besos y un montón de cursiladas que se le antojaron asquerosas.
Chasqueando la lengua con evidente disgusto, Taemin cerró la ventana y se fue derecho a sentar en su cama, recostando la espalda en la pared y dejando las piernas al borde de la cama, mientras mordía con nerviosismo sus uñas; sin siquiera ser consciente de que estaba cayendo en aquello que hacía tan importante a Key, la envidia, la envidia venenosa y enfermiza que se lo estaba comiendo de dentro hacia afuera. Todo parecía la excusa perfecta para enfadarse, incluso el hecho de sentirse vulnerable ante un humano como lo era su propio padre.












Minho se había dado una buena ducha y estaba satisfecho con el impoluto aspecto que tenía en esos momentos en los que ya se miraba al espejo. 
Obviando el hecho de que ya no tuviera sus cuernos y aquellos clavos que para él, eran un signo de masculinidad y belleza demoníaca, no se veía nada mal. Su reflejo le seguía pareciendo atractivo y estaba seguro de adivinar en sus ojos la llama tan conocida de la ira, aquel hermoso tono rojo que se dejaba notar si prestabas verdadera atención.


Fue en ese momento, mientras estaba aprendiendo lo que era la vanidad humana, que vio iluminarse la pantalla de su dispositivo, notificándole de que acababa de recibir un mensaje... ¿Un mensaje?¿De quién y por qué?
Cuando vio que se trataba del príncipe, lo primero que se le pasó por la cabeza era que lo necesitaría para algo, pero al abrir el mensaje y ver que se trataba de algo así como un retrato virtual, se quedó en silencio, cabreado, muy cabreado al ver qué era lo que estaba pasando... ¿Acaso Jonghyun había sido lo suficientemente inteligente como para saber cómo y porqué su polla ahora estaba sin vida y había sabido ponerla erecta por su propia cuenta?




—Maldito hijo de puta...-Dijo entre dientes mientras comenzaba a apretar más y más los puños.




El fuego descontrolado de la ira se apoderó de él a una velocidad vertiginosa que provocó que su fuerza incontrolada comenzara a escapar de su cuerpo, haciendo que el edificio empezara a temblar, sacudido de forma violenta como por un terremoto.
Su propio reflejo empezó a distorsionarse,dejando a la vista a Charismatic, aquel demonio que en realidad era, ardiendo en medio de las llamas mientras sus ojos rojos brillaban con coraje, con odio... Las luces empezaron a fallar y a hacer falso contacto y pronto pudo escuchar la voz de su madre llamándolo a gritos y diciéndole que había que salir de la casa... Sí... Sin duda iba a salir para ir a buscar a aquel desgraciado y a romperlo en dos con sus propias manos, partiendo su columna y sacándole las tripas para usarlas como trofeo.


Abrió la puerta del baño sin siquiera tocarla, estaba tan enfadado, tan rabioso, que su propia energía diabólica mandó la puerta lejos, haciendo que ésta se rompiera contra la pared mientras él avanzaba por el pasillo con pasos pesados. 
Su cuerpo humano era incapaz de avanzar más deprisa teniendo que soportar la innegable fuerza que desprendía desde su interior.
Su propia madre humana, fue aplastada por su poder, como lo sería una cucaracha ante un martillo. Aquella mujer se convirtió en una papilla sanguinolenta que se quedó tirada en la sala de la casa como los demás muebles que rompía a su paso.

No fue hasta que llegó a la entrada de la casa y que la puerta de la misma salió volando por los aires, que fue consciente de los gritos de cientos de personas, que en aquellos momentos se lanzaban escaleras abajo en tropel, mientras las luces tintineaban a causa del terremoto que él mismo estaba ocasionando con su poder. 
Un grito desgarrador, mucho más notable y reconocible que cualquiera de las voces humanas que chillaban en esos momentos, le hizo reaccionar y la ira comenzó a convertirse en preocupación al reconocer los gritos de Key.




—¿Key?¡¡MIERDA!! -gritó enfadado antes de correr hacia las escaleras contrarias para ir a buscarlo, empujando a todas aquellas personas que en esos momentos, sólo pensaban en huir de un edificio que temblaba como si fuera a venirse abajo en cualquier momento.




Por aquel segundo hueco de escaleras, se encontró con Onew, y Taemin, quienes iban bajando de los pisos superiores.
El más anciano de los demonios, iba cubriendo con su propio cuerpo al joven monarca y parecían tan confundidos y asustados como cualquier persona normal.




—Minho, tenemos que salir de aquí -dijo Onew mientras pegaba a Taemin contra la pared y él mismo se arrimaba a ésta conforme comenzaban a desprenderse de las escaleras cascotes de escombros que caían y rompían en el suelo.
— ¡Rápido tenemos que movernos! -chilló histérico Taemin mientras echaba a correr lejos de la protección de Onew hacia las escaleras que bajaban.
—¡Taemin espera!-gritó Onew- ¡CUIDADO! -corre tras el príncipe.



Minho no dijo ni una palabra pero corrió tras ellos,para,varios pisos más abajo, encontrarse conque Key tenía la pierna atrapada entre un escalón y un enorme bloque de cemento. Jonghyun intentaba desesperadamente moverlo sin éxito y de no haber sido porque Onew, Taemin y el propio Minho se detuvieron para ayudar a su amigo, llevados por la necesidad de cuidarse los unos a los otros, como realmente hacían los hombres al cuidar de sus familias y sus seres queridos.
En el momento en el que lograron liberar la pierna de Key, Minho lo atrapó y lo cargó sobre su espalda para poder correr con los demás, escaleras abajo.
Seguían cayendo trozos de bloques, cascotes,más grandes o más pequeños. Las luces se reventaban y el edificio continuaba temblando a causa del enfado de Minho y del posterior estrés que estaba sufriendo por tener que ser consciente de que su vida y la de sus mejores amigos estaba en peligro por su propia causa.


Los cinco, lograron llegar a la calle sin mayores contratiempos y sin nada más que lamentar que algún golpe o arañazo y, en el caso de Key, una torcedura de tobillo, puede que incluso una rotura del mismo.
Se alejaron de la zona como vieron hacer a las demás personas mientras veían vehículos con luces de colores brillantes, llegando al lugar y haciendo que se retiraran aún más de allí.
Fue prácticamente a su salida, cuando el rascacielos dejó de sacudirse y todo el mundo miraba hacia arriba,casi con la certeza de que en cualquier momento se vendría abajo sin remisión.
Los cinco demonios, miraban también a lo alto mientras retrocedían, siendo conscientes de que por primera vez en sus vidas, habían sido conscientes de lo que era el miedo a morir.

Minho sentó a Key en el borde de una acera,escuchando como se quejaba a causa del dolor que sentía en su tobillo dañado y sollozaba a causa del dolor. Taemin se dejó caer al lado de Key y se cubrió la cara sin comprender qué era lo que acababa de suceder y que era esa terrible sensación que aún le estaba haciendo tener en el pecho la impresión de que en cualquier momento se le iba a parar el corazón.
Estaba jadeando, sudoroso y temblando como nunca antes había temblado y cuando finalmente se sitió capaz de respirar con cierta calma, observó a Minho de pie delante de él y de los demás, puesto que Jonghyun se había agachado preocupado a socorrer a Key y Onew se había dejado caer a su lado con los mismos síntomas que él tenía hasta hacía unos momentos.




—¿Qué diablos es lo que acaba de pasar?¿Por qué ha temblado el suelo?¿Ha explotado un volcán en casa o...?
— No lo sé...-dijo Onew con voz entrecortada antes de moverse y mirar al rededor.




Venían coches con sirenas de todas las direcciones y todos los edificios de los alrededores estaban siendo evacuados por si el edificio se caía. Las calles habían sido cortadas y todo el mundo estaba fuera de sus casas en esos momentos. La ciudad entera parecía ser un hervidero de confusión y nadie más que el propio Minho sabía a qué se había debido aquel temblor, aunque la inquisitiva mirada del Príncipe sobre él, le hacía pensar que también estaba sopesando la posibilidad de que hubiera sido causa y obra suya.
¿Qué esperaba?¿Pensaba que le iba a sentar jodidamente bien ver una foto de Jonghyun, el tipo al que más odiaba en el mundo, follándose al objeto de su deseo tan tranquilamente? Ni de coña, era estúpido pensar que se iba a quedar tan tranquilo como si no pasara nada o como si no le importara.. El problema de aquella situación, era que él celaba a Key porque lo consideraba de su propiedad, estaba seguro de haberlo conocido mucho antes de que siquiera el demonio de la avaricia apareciera por el mundo con su pesada saca llena de monedas de oro.
El indeciso del Príncipe Taemin, ni siquiera era capaz de meter baza en el asunto, no tenía los arrestos necesarios para decirle a Jonghyun que se apartara de Key y eso le estaba impacientando y volviendo a poner de mal humor.

Conforme Minho se iba enfadando de nuevo, Onew, el más viejo de todos, se estaba quedando con la copla sin que nadie reparase en él. Era prácticamente lo normal, era al único al que nunca tenían en cuenta para nada y podía ver a Minho y Taemin sin apartar la mirada de Key y Jonghyun, quienes ni siquiera les estaban prestando atención en esos momentos, por estar ocupados revisando el tobillo torcido del demonio de la envidia. Se sintió tentado de intervenir y decirles que dejaran de ser así, que permitieran de una vez que aquellos dos disfrutaran de sus mutuos sentimientos; porque era evidente, que los únicos sentimientos correspondidos en aquel grupo, eran los que se profesaban ellos dos, que ahora a pesar de ser hermanos en la mis casa, seguían sintiendo algo especial el uno por el otro.  Pero en el fondo él también tenía envidia por ello... Envidia de ver que alguien tan simple como Jonghyun, captaba la atención del malcriado de Taemin... Algo que él llevaba tratando de hacer durante varios siglos y que jamás había conseguido. Ni siquiera en una noche de música y alcohol había logrado acercarse de más a él, pero era justamente, porque consideraba indigno aprovecharse un estado semejante.

Allí parecía que habían dejado de ser amigos.
La condición humana en la que se encontraban, los vulnerabilizaba más aún a sus debilidades y era justo la debilidad de la atracción, lo que le daba mayor poder a Key, quien parecía sentirse mucho mejor del daño en su tobillo. ¿Por qué?Porque era el demonio de la envidia y allí, todos sentían una ponzoñosa y venenosa envidia, los unos por los otros. 
Estaban dejando relucir los peores sentimientos de los hombres. Mientras que Jonghyun sólo desbordaba amor por su hermano, y Key ni siquiera prestaba atención al mundo, Minho se subía por las paredes a causa de los celos y la rabia, Taemin se mordía la lengua igual de rabioso que Minho, viendo aquellas desagradables escenas de cariño profesado entre esos dos; y Onew, Onew simplemente envidiaba cómo aquellos dos se querían.


Fue la voz de un hombre la que los hizo salir a todos de sus cavilaciones y se encontraron de frente con un hombre, al que nadie salvo el Príncipe demonio reconoció, se trataba de su padre humano y no hacía más que llamarlo a gritos diciendo que a qué estaba esperando para ir dónde él y su madre.
El edificio seguía siendo inestable según los cuerpos de emergencia y por ello mismo, habían indicado a los residentes que buscaran sitios en los que alojarse y aquellos que no tuvieran donde ir,se les asignaría alguna habitación de hotel.

A ninguno de los cinco demonios le gustó la forma en la que aquel hombre se estaba dirigiendo a Taemin. Era un miembro de la realeza ¿cómo se podía tener la desfachatez de dirigirse a él de esa manera?
No se les pasó por la cabeza que en aquel lugar, ellos no eran más que otros adolescentes de los millones que se arremolinaban en aquel planeta.


Cuando aquel hombre comenzó a acortar distancia de forma amenazadora, la reacción de los cuatro demonios fue inmediata. Minho y Onew se interpusieron para cortarle el paso mientras Key y Jong se apostaban a los costados de Taemin, siseando y gruñendo a modo de advertencia para que no se acercara más.




— ¿Qué pasa con ustedes mocosos?¡Apártense inmediatamente! -dijo enfadado el padre de Taemin.
— Ni se te ocurra acercarte más,escoria -advirtió Minho mientras se crujía los dedos de los puños. Estaba listo para golpearlo.





Apenas sí tuvieron tiempo Onew y Minho de írsele encima a aquel hombre cuando levantó un puño para golpear al demonio de la ira. Comenzando entonces a forcejear con él para reducirlo.
Onew se llevó un buen puñetazo en la cara y Minho, que era mucho más diestro en tema de peleas, agarró al padre humano del Príncipe por el cuello de la camisa y sin tener tiempo de pensarlo siquiera, lo lanzó a la carretera justo cuando un autobus pasaba, viendo los cinco demonios cómo era arrollado por las pesadas ruedas del vehículo y como todo el asfalto, quedaba pintado con sus tripas y su sangre.
El conductor del transporte frenó tan rápido cómo su reflejos le permitieron,pero para entonces, ya no había nada que hacer.


Ninguno de los cinco se movió tras lo sucedido y a ninguno pareció importarle lo más mínimo la muerte de aquel hombre. Sin embargo, conforme se arremolinaba la gente al rededor de la escena y el chófer comenzaba a pedir ayuda, las personas corrían a buscar a los cuerpos de seguridad mientras se confundían las diferentes versiones de lo que había pasado.
Unos aseguraban que el hombre se había lanzado delante del autobus buscando suicidarse y que el conductor apenas tuvo tiempo de verlo venir. Otros, más atentos y acertados, señalaban a los cinco adolescentes, diciendo que los habían visto empujando al hombre. El resto, era una mezcla de ambas versiones, donde los jóvenes y el hombre parecían estar en medio de una trifulca y los muchachos simplemente lo habían empujado para defenderse, dando como resultado que acabara en la calzada a la total merced de los vehículos.
Los agentes, apenas tuvieron que preguntar nada, uno de los muchachos presentaba un golpe reciente en la cara que le había amoratado la zona y eso significaba que hubo forcejeo. Primeramente pensaron que había sido un intento de atracar al hombre y que éste se había defendido con saña, pero el propio Onew explicó que se trataba del padre de su amigo y que había venido con una actitud violenta hacia ellos:



— Tan sólo estábamos defendiendo a nuestro compañero. Él se nos vino encima y nosotros nos defendimos. No era la intención de nadie que pasara algo así.



Era una explicación escueta,pero que concordaba con la versión de algunos testigos, lo que colocaba a aquellos cinco adolescentes en una posición un tanto complicada, ya que seguía siendo un misterio el cómo aquel hombre había terminado en la calzada. Podía ser bien que al intentar repelerlo lo empujaran y hubieran provocado aquel terrible desenlace.
Sin embargo,no podían descartar que todo fuera una escenita para cubrirse las espaldas por algo más. Los cinco chicos parecían realmente tranquilos e indiferentes ante la presencia de un cadáver junto a ellos. Estaban realmente indiferentes y eso no hacía más que aumentar las sospechas, de modo que los arrestaron a todos de forma preventiva para llevarlos a la comisaría con la intención de esclarecer todo lo sucedido. 
Los dividieron en dos coches, sin que ninguno de ellos pareciera alterarse, no al menos hasta que los vehículos se pusieron en marcha. 
Especialmente a Jonghyun y a Key les provocó ansiedad estar en aquellas celdas metálicas que se movían. Mientras el demonio de la avaricia comenzaba a ladrar sin más, histérico, su hermano acabó mareado y vomitando mismamente sobre el asiento de delante. Los agentes estaban realmente desconcertados ¿Estaban mal de la cabeza aquellos chicos o es que era la nueva moda hacerse el loco? Porque eso era justamente lo que parecía que estaban haciendo. Uno ladrando y el otro vomitando como si le hubiera sentado mal alguna droga.
Tuvieron que parar el coche para dejar al chico bajar y que vomitara al borde de la calzada ¿Y a Jonghyun? Lo pusieron en el asiento de delante con la ventanilla a medio abrir y así parecía ir más tranquilo, con la nariz levantada como si pretendiera llenarse las fosas nasales de cualquier aire u olor que pudiera entrar por allí. Por el contrario, Key seguía mareado y cuando le preguntaron a sus compañeros cómo les iba con los otros tres adolescentes, éstos respondieron igual de sorprendidos, que uno de ellos había vomitado y que los otros dos parecían tener claustrofobia por verse dentro del coche sin espacio para moverse.

Sonaba como que estaban haciendo una pantomima para librarse de ir al calabozo hasta que los hubieran interrogado a todos. Claro que al ser menores de edad, tuvieron que avisar a sus padres, pero extrañamente los aparatos móviles de los muchachos, tan sólo tenían cinco números guardados y ninguno era el de sus progenitores. Eran sus propios números y un “666”. A los agentes les pareció completamente extraño que tuvieran aquel número guardado como si fueran una especie de secta o algo así, pero ninguno de los muchachos parecía tener nada especial en ese sentido. Parecían muchachos normales, de los que hoy en día encuentras en cualquier parte y que ni creen ni se preocupan por Dios ni por la religión en general.




— ¿De quién es éste número? -interrogaron a Taemin mientras le mostraban la pantalla de su propio teléfono móvil.
— De mi padre -respondió con calma el menor como si fuera lo más natural.
— ¿Es una nueva moda viral entre los jóvenes? Éste número, no corresponde a nada ni a nadie.
— Corresponde a mi padre, puede llamarle si quiere, aunque no prometo que le responda.
— Tu padre ha muerto hoy,muchacho, tus amigos y tu lo tiraron a la carretera.
— Negativo. Mi padre es el dueño de ese número ¿por qué no le llama? -insistió el menor ante la mirada interrogante del policía.
— ¿A qué estás jugando?
— ¿De verdad quiere saberlo?




-CONTINUARÁ-

jueves, 24 de mayo de 2018

☣ NO SE LO DIGAS A MAMÁ... ☣[Parte 1º] [Remasterización 2018]

Personajes: Onew,Jonghyung,Key,Minho y Taemin.
Género: Drama/Lemon
EEL: +17

Resumen:A veces cuando cae la noche,los monstruos que hay bajo la cama son el menor de tus miedos...Escuchas que se acerca a la puerta y lo oyes respirar...Puedes esconderte...pero no puedes escapar... Ya viene papá a jugar...Pero recuerda, ante todo... No se lo digas a mamá...


MoMoAdvertencia:Éste fic tiene contenido sensible. Si eres una persona impresionable,no deberías leerlo.



Poco a poco, el sol comienza a esconderse. La luz desaparece junto con la esperanza mientras cae la noche de forma irremediable, imparable... La oscuridad comienza a dar paso a los monstruos y a las pesadillas que se ocultan en el subconsciente, en ese profundo y negro recoveco de nuestra mente, al que nunca accedemos, para no liberar por error a nuestros demonios internos.

Quieto, de pie frente a la ventana, un niño rubio de no más de 7 años de edad, observa como toda la calle queda sumida en la penumbra. Las forales se ven como destellos lejanos de esperanza, que ajenos a su sufrimiento, continúan guiando el camino de otras personas, que a diferencia suya, aún pueden andar en libertad.
Hacía casi una hora que lo habían mandado a la cama... Pero no podía dormir. Tenía miedo de un monstruo, no del que a veces siente salir de debajo de su cama para agarrarle la mano cuando duerme, sino de uno que viene cuando todo está oscuro y en silencio.
Ahora mismo todo está en silencio en casa... Puede escuchar a las paredes respirar,puede oír el balanceo del péndulo del reloj al fondo del pasillo...Cada "tic tac" hace eco en su cabeza, su corazón sigue el compás y poco a poco se va acelerando mientras ve en su pequeño reloj de mesa,cómo la medianoche se acerca.
Es la hora en la que el monstruo sale de entre las sombras para ir a verle, para, según él, "jugar"... Pero ¿qué clase de juegos quiere jugar de noche con él? El reloj comienza a dar las campanas de las doce y mientras cada tañido hace eco en su cabeza, siente que algo cambia en el aire. Las paredes se ciernen sobre él, haciendo de su dormitorio una estancia demasiado pequeña como para poder esconderse. Los pasos se acercan perezosos por el pasillo. El hombre que los provoca camina muy lento pero incluso de ese modo, el pequeño Taemin puede escucharle... Se ha detenido al otro lado de la puerta y su pesada respiración, suena tan cerca, que todo el cuerpo del niño se estremece a causa del miedo. Los pasos se detuvieron al otro lado de la puerta. Silencio... Y un aliento caliente que golpea la madera que los mantiene separados.




— Ve-vete... T-tienes que irte...-sollozó el menor.
—Taemin, pequeño... Es hora de dormir -dijo una potente voz ronca desde el otro lado de la puerta.
—N-no...vete... llamaré a mamá...
— No se lo digas a mamá... Es nuestro pequeño secreto¿recuerdas? Teníamos un secreto sólo para ti y para mi.



Entonces, Taemin observó cómo el pomo de la puerta comenzaba a girar,despacio, haciendo que la espera fuera tortuosa... Sabiendo que lo que le esperaba, era una noche más de terror. Bajó de la cama y corrió a esconderse en el armario de madera oscura, que había empotrado en una de las paredes de su dormitorio. Entró y trató de acomodarse sin hacer ruido, observando por una rendija como la puerta se abría, dejando ver un pasillo envuelto en oscuridad y una fornida silueta ingresando en la habitación. Sus pasos eran lentos pero firmes y a pesar de la oscuridad, en el momento en el que aquel hombre cerró la puerta, Taemin se supo atrapado, sin ninguna escapatoria posible.



—Oh,Taemin...Niño malo... Ya te he dicho que no vengo a jugar al escondite contigo, pequeño.



No hubo respuesta, no quería decirle dónde se estaba escondiendo porque eso significaba que antes comenzaría aquella pesadilla nocturna, de la que era presa desde hacía tiempo sin saber bien el porqué.
Cerró los ojos al escuchar al monstruo pasarle el fechillo a la puerta. Sabía que aquello estaba mal, muy en el fondo, sin comprender lo que sucedía en realidad, sabía que estaba mal y que era algo que no debía suceder.

La figura oscura del monstruo, comenzó a moverse por la habitación, deteniéndose cada poco en sitios en los que ya le habría encontrado escondiéndose en noches anteriores. El menor se mordió el labio inferior y abrazó con fuerza su peluche azul ,tratando de contener el llanto al ver que se acercaba hasta el armario haciéndole emitir finalmente un sollozo. La cacería había terminado, una vez más, ÉL le había atrapado.


— Te encontré -dijo una voz ronca cuando las puertas del armario se abrieron de par en par y cuando él y el monstruo se miraron a los ojos, Taemin simplemente,dejó caer su peluche al suelo.

¿Es o no lícito lo que sucedía en esos momentos en su cabeza?¿Estaba mal querer escapar de papá?¿Era un mal niño cuando su padre sólo estaba dándole amor?... Al menos él siempre lo describía de esa manera... Aseguraba que tan sólo, le estaba premiando por ser un buen hijo y que aquella leche pegajosa que le daba todas las noches, era un secreto que sólo podían compartir entre ambos y que se la había ganado por tener buen comportamiento.
Taemin no estaba tan seguro de que lo fuera... ¿Por qué entonces no podía decirle nada a mamá?


Su padre se abrió el cierre del pantalón y dejó relucir por la luz que se filtraba por entre las cortinas, aquella cosa gruesa de carne, que siempre le obligaba a chupar hasta que salía su premio blanco.
A aquello siempre lo acompañaban carias por el cuerpo ,e incluso alguna que otra mordida por su pequeño y frágil cuerpo, que le hacía llorar y que luego calmaba como buen padre con besos en las heridas.


¿Por qué pasaba aquello?¿Por qué seguía pasando?¿Por qué no lo contaba? Sabía que fuera lo que fuese, dando igual lo que su padre alegara, no era nada bueno... no podía ser bueno porque se hacía a escondidas y le habían enseñado que hacer las cosas ocultándose, significaba que no lo era.
Sin embargo era su culpa y papá siempre se lo hacía saber de aquel modo... Había sido su culpa por pedirle bañarse juntos una vez... Quería jugar con su padre y con la espuma de la bañera, sin embargo, aquel juego terminó deliéndole demasiado... Pero era sólo un niño y fue incapaz de comprender el porqué su padre, le hizo algo tan doloroso y que luego, le impidió caminar con normalidad durante casi dos días.



Una vez llegaba la leche, que era su premio, papá se la hacía tragar y luego lo arropaba en la cama y le acariciaba el cabello mientras susurraba:



— Lo has hecho muy bien, Tae...Papá está orgulloso de ti -el mayor se inclinaba a besar su frente y susurraba después desde la puerta del dormitorio- Dulces sueños, pequeño mío.

                       


Ahora...sólo le quedaba esperar que los pasos volvieran a silenciarse en el fondo del pasillo... De nuevo el silencio y ese doloroso "Tic Tac" de un reloj implacable.
Poco a poco,comenzó a llorar, ocultando el rostro en la almohada y aferrándose a su peluche azul... Mañana con suerte, sería un día mejor...










— Tae...¿Tae?¿Me estás oyendo? ¡Basta! -sostuvo Onew las manos de su amigo mientras intentaba que dejara de temblar.



El menor no le respondió, sólo agachó la cabeza y se inclinó ligeramente sobre el lavamanos como si estuviera a punto de romper a llorar.

La profesora había mandado a Onew, su mejor amigo, a que acompañara a Taemin al baño, ya que en medio de la clase había sufrido un desvanecimiento... Uno de tantos... La mayoría de la clase pensaba que a sus catorce años, Taemin ya era adicto a alguna clase de droga que lo tenía siempre atontado o que por el contrario estaba muy enfermo y no lo decía nunca.
Ya fuera de clases, Tae susurraba con voz temblorosa que necesitaba tomarse su medicación... Era una necesidad casi constante, como un verdadero adicto a los sedantes... Necesitaba tantas pastillas diferentes para cambiar tantos dolores que padecía... Dolores físicos, dolores mentales, dolores emocionales... Llevaba a cuestas demasiada tristeza a una edad muy corta y nunca había dicho a nadie porqué... Ni siquiera a Onew... Onew... Él era amigo suyo, vivían en la misma calle y desde que eran pequeños jugaban juntos y siempre habían coincidido en la misma clase... Pero, a pesar de tanta confianza que les unía, Taemin jamás se sentía capaz de decirle nada... ¿Y si no le creía?¿Y si decía lo mismo que su padre? Que era su culpa, que todo pasaba porque él era el verdadero culpable...

Aquel año había sido nefasto para Taemin, porque el día que cumplió los catorce, su madre había muerto de forma trágica en un accidente de coche. Se enteró cuando al volver del instituto a casa, su padre le estaba esperando en el salón con la fatídica noticia... Fue un golpe duro a su ya ,de por sí, delicado estado mental y emocional y no pudo por menos que caer en una profunda depresión que tuvieron que tratarle con fármacos.
El miedo de verse ahora sólo en casa por su padre, impedía que durmiera la mayor parte de las noches, por si él iba a su cuarto, y durante el día, apenas sí lograba mantener la atención en clase porque estaba demasiado cansado para estudiar... Las notas también comenzaron a resentirse, pero todo el mundo lo achacaba a la pérdida de su madre. ¿Qué chico no se sentiría perdido si de pronto su progenitora fallecería sin más?


Las piernas de Taemin flaquearon y su mejor amigo se vio en la obligación de sostenerlo para evitar que cayera al suelo y acto seguido, tuvo que ayudarlo  a recostarse en el lavamanos.
El rubio cerró los ojos  pero su maraña de pelo impedía que Onew pudiera ver con total claridad su expresión, pero en realidad no era necesario...Evidentemente Taemin no estaba nada bien, su piel lucía descolorida,estaba extremadamente delgado,débil anímicamente y sus ojos presentaban unas profundas ojeras negras, que le hacían ver aún más lúgubre.



—Tae...De verdad que estoy muy asustado por ti... Lo que te sucede no es algo normal ¿qué tienes?¿Es por lo de tu mamá?...No te has dado tiempo para descansar ¿y si voy a clases y le digo a la tutora que tienes que marcharte a casa?
—N-No... No... No quiero irme a casa...S-sólo...-se sujeta de la camisa de su compañero- Sólo debo tomarme mi medicación...
— ¿Las que tomas para la ansiedad?¿Dónde las tienes? Te ayudaré -le sostiene de forma cuidadosa. Tae lucía como si de un momento a otro fuera a romperse.
—Están en mi mochila...En el bolsillo interior... pe-pero...me la he dejado en clase...

— Está bien... Yo te las alcanzaré ¿de acuerdo? -le acaricia de forma leve una mejilla- Hagamos algo, mójate un poco la cara y espérame en las escaleras. Iré a clase a por las cosas ¿tienes la receta para que la profesora me deje traerlas?
—Sí... Siempre la llevo encima...


Onew asintió y tras verificar que su compañero podía mantenerse en pie por sí mismo, se apresuró a marcharse a la clase para buscar las medicinas del menor.
Al quedarse sólo, Taemin tomó una buena bocanada de aire y la dejó salir del mismo modo errático en el que ya solía respirar a causa de la profunda ansiedad.Verse en el espejo era tortuoso...Se veía verdaderamente mal... Era latente la falta de sueño en su rostro y si retiraba los flecos rubios que caían desordenados sobre su frente, parecía ser un enfermo en estado terminal... ¿No era así como estaba en realidad?¿Enfermo y sin poder soportar más la presión que el mundo ejercía implacable sobre su persona?

No... Nunca parecía ser suficiente para el mundo el verle en un estado tan deplorable como en el que se encontraba en aquellos momentos... Tampoco hacía él mismo nada por cuidarse y verse mejor, no estaba animado para ello. No quería salir de la cama del mismo modo en el que no quería despertar cuando por algún capricho del cansancio, tenía el privilegio de ser capaz de dormir un poco. Nunca tenía fuerzas para nada y tratar de verse mejor era lo de menos... 
Estaba demasiado estresado emocionalmente como para pensar en la percepción que sus compañeros tenían de él... Ya sabía de sobra que si no estaba Onew presente, solían meterse con él y llamarlo de todo y justo por eso era aún más inseguro.Y ahora se juntaba con todo la muerte de su madre... Su madre...

Hacía tan poco que su madre se había ido... Le había pedido ayuda tantas veces, había encontrado el valor para decirle a ella lo que estaba pasando con su padre y esperaba de corazón que alguna vez, ella fuera valiente y le ayudara a protegerse de él... Pero quizás estaba demasiado asustada ¿Sería por eso que su madre siempre le llamaba inmaduro y mentiroso cuando le decía que su padre le violaba?
Ella nunca había hecho nada por él, no era una madre cariñosa ni atenta y a menudo resultaba ser una mujer terriblemente cruel pero...la quería...Indudablemente la quería, era su madre y no podía por menos que quererla fuera como fuera. 

Había pasado noches enteras llorando en su cama, aprovechando que las visitas nocturnas de papá habían cesado, era un buen momento para poder llorar y sacar fuera esa horrible angustia que cada vez le hacía sentir más débil,más triste,más desesperado e indefenso... Más...Más muerto que vivo.
Cuando ella se fue para no volver, su padre decidió que iba a llevarlo a un psiquiatra y sin duda, fue lo más inteligente que pudo hacer. El especialista dijo que nunca había visto una mente tan perturbada como la de Taemin y que el muchacho no daba ni una sola pista de porqué padecía los trastornos mentales que mostraba. Le fueron recetadas pastillas para la ansiedad y poco a poco, fue necesitando medicarse para prácticamente todo, para "dormir", para poder centrarse en el colegio, para la ansiedad, para la depresión, pastillas para el estrés, para el dolor... Y aún así, ninguna de esas pastillas era lo suficientemente efectiva como para calmar los síntomas que padecía.


Miró en silencio hacia la puerta del baño al escuchar pasos...Sabía que era Onew, hacía un ruido muy peculiar cuando caminaba porque era irregular... Como si no pisara completamente el suelo con ambos pies.
Cuando su amigo apareció por la puerta, Taemin se había sentado en el suelo en una esquina del baño. Estaba fatigado y en cierto modo, tenía la sensación de que en cualquier momento comenzaría a vomitar sin remisión. Onew dejó la mochila en el suelo y se apresuró a levantar a su amigo y llevarlo para que pudiera vomitar. Era desolador verle devolver tan sólo el ácido del estómago e incluso algo de sangre... Daba miedo, Onew sentía miedo por Taemin a pesar de que intentaba cuidarle siempre. Le mojó la cara, las muñecas y la nuca y luego, recuperando la mochila del suelo, se llevó a su mejor amigo a la cafetería para poder comprarle algo de comer y de beber que pudiera subirle el azúcar y la tensión.


Sentados allí, el uno frente al otro, dejaron pasar completa la hora de clase y de no ser porque todo el mundo conocía la noticia de la madre de Tae, sin duda habrían pensado que estaban haciendo novillos y los hubieran ido a buscar.
Onew era muy empático y no soltó en ningún momento la mano de su mejor amigo, conforme le veía sacar con la otra, del interior de la mochila, paquete, tras paquete, tras paquete de pastillas...



—Taeminnie...Estás fatal, necesitas descansar...¿Cuánto hace que no duermes?¿Y que no comes? Estás muy muy delgado y yo estoy preocupadísimo... ¿No te ha llevado tu padre al médico?
—E...Estoy bien, Onew... Sólo debo tomarme mis pastillas -mira en silencio las que tiene sobre la mesa.

—Taemin no... Hasta yo sé que son demasiadas pastillas es excesivo...¡Es una locura! -pone su mano encima de las medicinas para evitar que su amigo coja alguna- ¡Basta! Es basura, Tae,no puedo permitir que sigas aferrado a ellas, te están destruyendo.
— Onew...-pone su mano sobre la de él- Por favor... Las necesito... M-me duele... me duele demasiado -solloza- No eres consciente de lo mucho que estoy sufriendo...Es...Es incoportable...
—No... No te las voy a dar, estoy harto de ver cómo te afectan, de cómo se comen tu vida... Siempre vas cayéndote... Te terminará dando una sobredosis... No voy a permitirlo...
— Me las mandó el médico...Debo tomarlas...
— Tu médico no tiene ni idea...- susurró entristecido.


Ambos amigos guardaron silencio y Onew observó con preocupación cómo Taemin escondía la cara entre las manos... ¿Por qué se escondía? Siempre se iba escondiendo... Ante él, no quedaba rastro de aquel niño feliz que una vez fue y con el que jugaba en la calle a la pelota...Sólo quedaba de él la carcasa... Un esqueleto que estaba luchando desesperadamente por sobrevivir y al que nadie parecía capaz de tenderle una mano amiga, y sin embargo, cuando él trataba de tenderle esa mano... Tae retrocedía y aseguraba no necesitarla... Daba miedo... Ver a alguien llegar a ese estado, daba verdadero miedo.
Los pensamientos de Tae distaban mucho de los de su mejor amigo... Ir a casa significaba tener que ver a su padre y éste,ahora, era mucho más agresivo. A raíz de la muerte de su madre, su padre se pulía el seguro de vida de ella en alcohol y no había noche que no volviera borracho tras el trabajo, desencadenando su fuera contra él aún sin haber hecho nada. Tras una paliza, siempre venía una inevitable violación, a la que era mejor no resistirse a menos que deseara que le golpeara más veces... Le aterraba que lo próximo que pudiera llegar a pasar entre su padre y él ,fuera una puñalada.

Sin darse cuenta, Taemin comenzó a llorar y pronto estuvo envuelto entre los brazos de Onew quien pujaba por calmar su incesante llanto. Pronto se hizo latente que estaba teniendo un ataque de ansiedad y tuvo que llevarle a la enfermería, donde la encargada le convidó a volver inmediatamente a clase, pues el que estaba mal era Taemin y no necesitaban que Onew estuviera por allí molestando e interrumpiendo.

Tuvieron que dejar que Taemin descansara allí tras darle algunos calmantes. Quizás fuera el estrés o el saber que no estaba en casa, o los propios calmantes, que cerró los ojos y tuvo al menos una hora de sueño antes de que el timbre que daba inicio al descanso, le hiciera volver a despertar.
El dolor de cabeza había menguado y por suerte,fue capaz de ponerse en pie por sí mismo y tras agradecer a las enfermeras, salió apresurado a buscar a Onew en el patio. Sabía que su compañero ya habría hablado con la profesora y le habría explicado la situación pero... Aún quedaban tres horas para que pudieran irse a casa y no estaba realmente seguro de si quería o no permanecer en la escuela aún a sabiendas de lo que le esperaba si regresaba a casa.



Mientras Tae caminaba en silencio hacia el patio, buscó a Onew en los altos ¿Por qué? Onew tenía algo así como complejo de mono o de chico de pueblo al que le encanta trepar a los árboles y sabía que normalmente cuando no estaban juntos, se subía a alguno. Los profesores ya habían dejado de llamarle la atención por ello porque lo hacía de todos modos y como al fin y al cabo ni molestaba ni hacía nada malo, le dejaban que se tumbara como si estuviera en el patio de su casa.
En efecto, lo divisó en uno de los árboles más grandes y sonrió levemente mientras se acercaba y le silbaba para llamar su atención.




— ¡Tae! -sonríe incorporándose al verle- ¿Estás mejor? Estaba preocupado -tras remolonear por unos momentos, se descolgó del árbol y bajó donde su amigo para poder abrazarle con fuerza- ¿Te sientes bien? De verdad que nunca te he visto tan mal como hoy...
—S-sí... estoy mucho mejor...-dijo mientras retiraba despacio a su amigo suspirando.
—Oh... perdona... olvidaba que te duele todo... Nunca vi que nadie me negara un abrazo...
—Me encantan tus abrazos Onew... pero ahora mismo no puedo... Me duele el cuerpo incluso para moverme...
— ¿Has pensado que puedes tener fibromialgia?
— No... Pero eso no es importante ahora mismo... Creo que te haré caso y me iré a mi casa a descansar, verdaderamente lo necesito... No he estado durmiendo nada de nada.
— Creo que es la mejor opción y debes aprovechar que tienes permiso especial para poder irte... Informaré a los profesores de las próximas horas que has tenido que ausentarte.
— El profesor de matemáticas se va a poner furioso... Hace dos semanas que no me ve por sus clases...
—Que le den mermelada de melocotón a ese viejo amargado. Estás convaleciente y yo sé que no lo haces por escabullirte. Yo me ocuparé de todo ¿vale? -le toma de las mejillas y le besa cariñosamente la frente sobre el revoltijo de cabello rubio que le cubría la misma- Ahora lo único importante es que descanses y te pongas bueno ¿ajá?
—Sí, lo sé...Eres un gran amigo Onew... -cierra los ojos cuando le da el beso en la frente y suspira- Nos veremos mañana.
—¿Quieres que me pase después a dejarte los deberes y a hacerte compañía?
—No... Ya sabes que tengo que avisarle a mi padre con tiempo... Te veré mañana...
Sin añadir nada más, Taemin se separó de su compañero y sacó de su mochila el pase especial que presentó al conserje,al portero y al profesor de guardia pertinente para que anotaran su salida del centro en horario lectivo. Aunque en cuanto el profesor se dio la vuelta para buscar el test que obligatoriamente debía hacer antes de salir, se apresuró y salió corriendo por la puerta sin esperar para rellenarlo. Era absurdo. Su salida estaba justificada y no iba a perder más tiempo del necesario esperando por un tecnicismo tan estúpido como aquel.
Ya en la calle, suspiró con pesadez y echó a andar en silencio hacia casa. Una hora de camino le separaba de su hogar, pero lo cierto es que tampoco tenía especial prisa por llegar, aunque estaba terriblemente cansado, simplemente deseaba estar en un sitio al aire libre, fuera del instituto y fuera de casa... Lo suficiente como para tomar un poco de aire fresco antes de volver a encerrarse en aquella prisión de la que era totalmente esclavo.
Mientras andaba, se detuvo a observar un escaparate de una tienda de juguetes, observando en silencio un peluche de gatito de un precioso color azul... Cada vez que pasaba por allí,miraba aquel peluche. Cada vez que volvía a casa con Onew o con su padre tras la escuela, tenía que verlo, realmente le encantaba... Parecía tan solitario como él lo era, tan triste como lo estaba el propio Taemin por dentro. Lo habían bajado un par de veces de precio, pero aún así,estaba fuera de su alcance. No manejaba nada de dinero y su padre rara vez le daba algo y era puntualmente para cosas del colegio donde luego le controlaba al milímetro la factura y el cambio. Suspiró mirando unos segundos más aquel juguete para el que ya estaba demasiado mayor... Según decía mamá, ya estaba demasiado mayor para todo...










—Mamá... Por favor... S-sólo...sólo escúchame... Te lo ruego... Estoy muy asustado...Tienes que creerme...-sollozaba mirando a su madre mientras ésta se preparaba para irse a trabajar.
—Basta ya,Taemin -se quejaba ella mientras se maquillaba sin mirarle- Ya tienes catorce años y sigues molestando con la misma tontería. Tu padre no te hace nada ¿por qué clase de monstruo enfermo y depravado lo tienes?-se gira a verle frunciendo el ceño.
—Pero mamá...
—Te dije que te calles -comentó enfadada.
— ...-se frota los ojos para enjugarse las lágrimas en las mangas de su jersey negro- Umma...
—¿Qué quieres de mi,Taemin?-preguntó con hastío.
—Te quiero...-dijo con voz débil antes de abrazarla por la cintura y cerrar los ojos, queriendo sentirse protegido por ella.
—Oh, Taemin... Apártate. Ya estás mayor como para que se te hagan arrumacos como a un niño pequeño.


Taemin obedeció y se separó de ella...
Mamá nunca creía sus palabras, ni siquiera cuando le mostraba los cardenales que su padre le dejaba por el cuerpo cuando lo sujetaba con mucha fuerza o cuando le pegaba... Incluso mordiscos en zonas en las que él no podría alcanzarse... Nada de aquello hacía que ella le creyera. Según ella, lo que pasaba era que su hijo se había acostado con alguien y ahora se arrepentía y trataba de echarle la culpa a alguien... De verdad ¿con quién se podría acostar desde los 7 años siendo consciente de ello? 
No importaba lo que dijera... Mamá jamás aceptaba sus pruebas ni sus lágrimas, ni la latente desesperación que se veía en su mirada pidiéndole auxilio.
¿Sería verdad que era todo mentira?¿Que él se lo estaba inventado?... No podía serlo... ¿Cómo iba a ser mentira cuando su cuerpo estaba lleno de las evidencias que su padre dejaba? Seguía siendo un juego que sabía que estaba mal.

Cuando su madre salió de la casa, Jonghyun, su padre, se acercó a él y le acarició su cabello rubio de forma cariñosa mientras susurraba inclinándose sobre su oído:


— Habíamos quedado en que no se lo dirías a mamá ¿verdad? Eres un chico malo y voy a tener que castigarte.



Su padre le ordenó que se desnudara y en vista de que no le obedecía, le arrancó la ropa a jalones y luego cuando alzó la mano para darle un bofetón por desobediente, Taemin se cubrió la cara asustado mientras sollozaba pidiéndole perdón por su mal comportamiento... Las manos de papá lo asiaron de forma fuerte y firme por la cintura, atrayéndolo hacia aquel bulto que denotaba la notable erección que tenía su padre en los pantalones... Taemin sollozó. Se sentía tan asqueroso, tan sucio, tan culpable... Las lágrimas de angustia caían por su rostro para ir siempre acompañadas de sollozos y quejidos... Siempre dolía tanto... Desde la primera vez dolía... Nunca olvidaría la primera vez que su padre lo violó en la bañera cuando tenía tan solo siete años...
Cuando Jonghyun hubo terminado con su cuerpo, lo dejaba como a un muñeco roto encima de la cama, con los ojos perdidos en algún lugar inexistente entre el techo y la pared...
Aquel día sonó el teléfono mientras él aún estaba intentando asimilar lo que acababa de sucederle y poco después de escuchar a su padre hablar con alguien, vio su silueta oscura aparecer en el umbral de la puerta, anunciando con voz grave:


— Tu madre ha muerto...









Temblaba mientras entraba en casa recordando aquel horrible día acaecido a menos de dos meses...
Estaba tan cansado y tan destrozado internamente desde entonces... Ya no había nadie que pudiera salvarle y tenía tanto miedo de contarlo y que no le creyeran... Le daba tanta vergüenza decir que su padre le estaba haciendo daño... Si le pasaba algo a su padre se quedaría completamente huérfano... Sin nadie...

Al entrar en casa, dejó caer la mochila de sus hombros al suelo y arrastrando los pies fue hasta el salón y se dejó caer sobre el sofá. Estaba tan cansado... Apenas cambió de postura para acomodarse ,ya que prácticamente quedó dormido sobre el sillón, respirando de forma irregular a causa de la ansiedad que se estaba apoderando de él en esos momentos.
No supo cuanto tiempo estuvo prácticamente inconsciente, pero un ruido seco hizo que se levantara sobresaltado y cuando mirando al rededor se dio cuenta de que estaba en casa, se percató de aquella ya conocida y temida silueta que le observaba desde la puerta del salón... Era su padre... Era él...
Bajó la cabeza asustado y cerró los ojos sintiendo como se acercaba el mayor hasta colocarse frente a él:



— ¿No se supone que deberías estar en clases?
—...Discúlpame appa... No me encontraba bien... Estuve vomitando y quise regresar a casa...
— Supongo que mientras no empieces a suspender de nuevo, no pasa nada porque vengas a descansar pero ese no es el comportamiento adecuado de un buen estudiante -dijo con seriedad antes de masajearse la barbilla en un gesto dubitativo- He pensado que ya es momento de recoger las cosas de tu madre y guardarlas en cajas y en el sótano o llevarlas a la basura. Ella no las va a necesitar más.
— Está bien, appa... -musitó y al ver que se acercaba más, dio un respingo y trató de apartarse, pero su padre le tomó firmemente por un brazo- Pa...papá...por favor yo no...
— Sshh...-acaricia de forma leve el cabello rubio de su pequeño- Vamos a jugar un rato, Tae... Agáchate y chúpasela a papá.



Taemin sintió que le daban arcadas sólo de pensarlo y se cubrió la boca con una mano mientras miraba a su padre suplicándole en silencio que por favor no le obligara a hacerlo pero...¿Acaso tenía alguna otra alternativa? Sabía de sobra que no y tras un brusco jalón dado en su brazo, se encontró de rodillas en el suelo entre las piernas de su padre... Tragó saliva con dificultad y con manos temblorosas, comenzó a desabotonar el pantalón del mayor mientras empezaban a pestañear varias veces para contener las lágrimas dentro de los ojos...Si lloraba, su padre se enfadaría y eso nunca podía ser bueno. Su padre tuvo que ayudarle a desabrochar el pantalón y sacar a la vista su polla, ya venosa y amoratada por haber estado aprisionada. Era evidente que a Jonghyun, el verle tan indefenso e inseguro, le provocaba un gran morbo y por ello, su polla crecía tan deprisa.
 El mayor emitió un gruñido de alivio al sacársela y sin darle tiempo a Taemin de que decidiera si hacer o no hacer, aprovechó que su boca estaba entreabierta y dando un fuerte tirón de su cabello, le hizo abrirla más, pasando entonces a hundir su erección en aquella húmeda cavidad hasta que su hijo comenzó a sufrir arcadas, una tras otra mientras aferraba sus manos a los muslos de su progenitor, en un intento desesperado por apartarlo. Su padre le había metido la polla hasta la garganta y eso le había hecho entrar en pánico y ser prácticamente incapaz de respirar. Notaba su garganta cerrarse,contraerse y expandirse en un desesperado intento por conseguir aire, provocándole arcadas que producían que el menor salivara más y más.
 Jonghyun lo mantuvo bien sujeto por el cabello y embistió contra su boca hasta que notó que en una de aquellas arcadas, el ácido del estómago de Taemin, había subido hasta su garganta y le había provocado sin duda, quemazón en el glande, haciendo que una corriente eléctrica cruzara todo su cuerpo y retirarse de la boca de su hijo a pocos segundos de que éste finalmente comenzara a vomitar.

El mayor sonrió de lado y mordiéndose el labio inferior, lo sostuvo por el cabello con brusquedad y lo llamó "puta", tiró de su pelo para obligarle a que volviera a  acercarse Lo sostuvo firmemente por el cabello y acto seguido, embistió con rudeza contra su boca, notando como su garganta parecía expandirse apenas para darle paso y volviendo a contraerse de forma inmediata. El vello de su entrepierna estaba cada vez más húmedo por el sudor y por la saliva que salía de la boca de Taemin, quien a su vez, parecía Estar a punto de perder el sentido por cómo su padre le estaba embistiendo en la garganta...Los movimientos de Jonghyun,hicieron que cuando jaló del cabello de Taemin para apartarlo, su polla y la boca del pequeño quedaran aún unidas por hilos de saliva que poco a poco se rompían e iban cayendo sobre la camisa del menor.
Su padre se sujetó firmemente la erección y se masturbó por unos segundos antes de sostener al menor y atraerlo para dejar que su semen salpicara su cara y su boca. Que fuera plenamente consciente de lo que acaba de hacerle.

Taemin se llevó una mano a la garganta, sintiéndola completamente irritada y dolorida por cómo su padre había actuado momentos atrás y jadeaba tratando de mantener el aire dentro de sus pulmones... Pero dolía... Respirar resultaba doloroso.



— Taemin -dijo con calma Jonghyun mientras se incorporaba del sofá- Bájate los pantalones y ponte en cuatro sobre el sofá.
— Appa...T-te...te lo ruego...no qui-ero...



Taemin bajó la cabeza y se cubrió la misma con los brazos tras la mirada fulminante que su padre le dirigió, haciéndole sentir completamente indefenso y más asustado aún, pues temía que fuera a golpearle... Sin embargo no sucedió nada, su padre carraspeó dándole a entender que seguía esperando que obedeciera lo que acababa de demandarle y finalmente, cedió... Siempre cedía. Estaba aterrado y si se negaba sería peor... Siempre era peor.
El rubio se levantó y avergonzado, se desnudó de cintura para abajo,cubriéndose con pudor antes de acomodarse como su padre le había ordenado.
¿Por qué taparse cuando su padre ya le había visto completamente en más de una ocasión? Era tan simple como que se sentía sucio e inseguro de sí mismo... Su cuerpo era tan delgado que a menudo,ver cómo se le marcaban tanto los huesos, le hacía tenerse mucho más asco del que de por sí sentía ya.

Jonghyun lo observó por unos segundos,llegando incluso a acariciar los glúteos pálidos de su hijo, sonriendo al ver cómo temblaba ante el áspero tacto de sus dedos. Acto seguido, se desabrochó el cinturón y lo dobló por la mitad sin perder de vista el pánico que se vislumbraba en los ojos de su hijo. Levantó el brazo y antes de que Taemin tratara siquiera de huir, lo sujetó por el cabello y descargo sobre su piel desnuda una ráfaga de bruscos y fuertes latigazos,que estallaban vez tras otra sobre el cuerpo del menor, enrrojeciendo y amoratando la piel mientras la voz de Tae se rompía en cada grito, acompañándolo por quejidos y sollozos lastimeros.El chasquido que aquel duro trozo de cuero hacía cuando golpeaba la piel del menor, rompía con la quietud de la casa. Daba igual lo mucho que gritara, nunca era un problema porque toda la casa estaba insonorizada.
Taemin finalmente no pudo resistirlo y calló desmayado sobre el sofá. Su padre, jadeantes tras tantos golpes que le había dado, se echó el cabello a un lado con la mano y observó en silencio como el cinturón había provocado en la piel de su hijo algunos cortes,y abrasiones. Volvió a pasar los dedos por encima de sus glúteos,rozando ahora las marcas e inclinándose, depositó un beso cariñoso sobre una de las mejillas del rubio mientras le deseaba dulces sueños y le aseguraba estar orgulloso de él.







                             



Miraba en silencio a su progenitor,desayunando y leyendo el periódico mientras él, inquieto tambolireaba los dedos encima de la mesa. Sus ojos iban y venían de las escaleras a su padre, preguntándose si aquel impresentable que vivía con ellos, pensaba o no bajar.


— Padre... -carraspeó Minho- ¿Piensa venir o no ese sujeto a desayunar?
— Ya bajará,Minho-decía su padre sin levantar la vista del periódico- No comprendo porqué de tanta insistencia en verlo si es que no lo soportas.
— Pero...
— ¡Buenos días! Siento mucho la tardanza -gritó una voz escandalosa a las espaldas de ambos.



Minho giró la cabeza y en silencio observó al novio de su padre, carraspeó nuevamente y se sentó lo más derecho que pudo, intentando parecer muy digno y señorial.
Aquel chico rubio, escandaloso, gritón... Y putamente sensual, se llamaba Key. Tenía 27 años y se había metido en medio de la relación entre sus padres hacía años, provocando que el matrimonio se rompiera y que sus padres acabaran divorciándose. Se había metido a vivir en su casa sin siquiera avisar y a su padre le había parecido perfectamente normal aún cuando él, no había asimilado que su madre se había ido y lo había abandonado allí como si tuviera la culpa de que aquel amago de hombre, se hubiera metido en medio de su matrimonio.

Saltaba a la vista lo que le gustaba a Key... El dinero... Y su padre era prestamista... Manejaba mucho dinero...Key se lo gastaba tan ricamente y no pasaba nada. Siempre estaba de compras ,que si ropa,que si zapatos,que si perfumes,bolsos,maquillaje,cremas... Era insoportable... Y sin embargo a pesar de no aguantarle, el hecho de que le mirara y le dedicara una sonrisa sólo a él, provocaba que las mejillas de Minho tornaran rojas por el pudor... Era ridículo...

Key pasó frente a él y tras besar la mejilla de su padre, lo vio irse directo a limpiar lo que sea que hubiera en el fregadero en esos momentos y movido como por un resorte o un imán, Minho se puso en pie intentando no parecer desesperado a ojos de su progenitor y en pocos segundos, estaba colocado a la espalda de Key al igual que a la de su padre, de modo que éste, no pudo ver lo que sucedía entre Minho y su padrastro.


— Buenos días,hijito -se burló Key como si fuera lo más normal, mirando de reojo al menor.
— Buenos días,Key...


Minho apenas acertó a cerrar los ojos cuando una de aquellas finas y delicadas manos de Key, bajó y agarró de forma firme su entrepierna, comenzando a sobarle sobre el pantalón y provocando que poco a poco comenzara a formarse una erección dentro de los mismos.
El más alto contuvo la respiración para que no se le escaparan gemidos que su padre pudiera escuchar y se mordió el labio inferior cuando Key le bajó el borde del pantalón  para poder sujetarle bien la polla y masturbársela a plena luz del día...
Cada músculo del cuerpo de Minho se tensó y miró de reojo a su padre que aún seguía ocupado en el periódico y comentando en voz alta a su novio,sobre noticias que le llamaban la atención del mundo de las finanza y que Key respondía con voz calmada y alegre,como si no estuviera masturbando a un chico de 16 años tan a la vista que bastaría conque su padre se girara en la silla para que los viera.
Key no era solo un rompe-hogares, sino que además era un asqueroso pedófilo que llevaba ya cinco insufribles años abusando sexualmente de Minho y sometiéndolo a todos y cada uno de sus desquiciantes deseos, de sus delirantes prácticas en la cama... Adoraba humillar a su hijastro,adoraba golpearlo y que como un perro faldero éste suplicara por más... Era putamente enfermizo y aún con ello, Minho estaba tan enganchado a aquella forma que tenía Key de prestarle atención,que los golpes y los insultos no significaban nada más que un escalafón a seguir para llegar al verdadero placer que su padrastro le daba.


Observando sobre su hombro, Key se relamió los labios viendo aún al padre de su hijastro centrado en el periódico y sin hacer ruido, se arrodilló delante de Minho y le hizo un gesto de silencio,al llevarse el dedo a los labios. El menor se cubrió la boca y se mordió con fuerza el labio inferior,cerrando los ojos y tensando todo el cuerpo cuando la húmeda y juguetona lengua de Key empezó a deslizarse por su glande mientras le continuaba masturbando y vigilando que su padre no se moviera del sitio...
Minho hubiera dado lo que fuera porque aquellas atenciones continuaran, pero apenas si pudo prolongarse por medio minuto, que Key se incorporó apresurado y se abrazó de los hombros de su esposo al ver que cerraba el periódico y anunciaba que se le hacía la hora de irse. El menor se acomodó los pantalones con cierta frustración y tomó aire viendo como Key besaba a su padre como si nada y lo acompañaba a la puerta,llevando él mismo el maletín que su progenitor debía llevarse a la oficina... Con toda la mierda que había provocado en su familia, en él mismo y...y sonreía...Sin más,siempre estaba sonriendo como si lo que hiciera no sólo fuera simplemente normal sino además legal... No tenía idea de que nada de aquello era legal...O sí la tenía y simplemente lo hacía a sabiendas de que su hijastro no abriría la boca para replicar...


Al levantar la cabeza, fue consciente de que su padrastro le miraba con aquella sonrisa de chico travieso que tan a menudo adornaba su cara... Iban a quedarse solos porque él aún estaba tramitando un cambio de escuela por problemas en su centro anterior,de modo, que estarían juntos todo el día... Sólo con Key en casa para él,durante todo un día...




Key no le dijo ni una palabra, parecía disfrutar torturándole al retrasar más y más que su padre se fuera, coqueteando con él y haciéndole preguntas absurdas que por algún motivo inteligible su progenitor se empeñaba del mismo modo en responderlas y eso le hacía impacientarse.
Cuando finalmente la puerta de la casa se abrió y su padre salió, desde la ventana de la cocina observó cómo se subía en el coche y se despedía con la mano de Key. Cuando la puerta se cerró ,se movió rápidamente para ir donde Key y atraparlo por la cintura para atraerlo contra su cuerpo, sin embargo, el rubio, lo apartó de forma despectiva, como si para él no significara nada en absoluto aquel mocoso y pensaba hacérselo saber de la forma más clara para que no tuviera duda alguna de que quien mandaba allí era él.



—Estate quieto mocoso ¿quién te crees que eres para manosearme sin mi consentimiento?-se voltea a verle y le da una sonora bofetada- Recuerda que soy tu "umma", y entre umma e hijo no pasan éstas pretensiones tuyas,maldito crío.
— Por favor Key...
— Umma-le corrige indignado mientras camina hacia la cocina para recoger el desayuno de la mesa.
— Necesito follarte...
— No seas absurdo ¿qué te hace pensar que estoy interesado? Si quieres follar, emplea tu mano maldito enclenque.
— ...


Minho le observó en silencio cómo recogía la mesa y se mordió el labio inferior cuando aquel amago de hombre metió un dedo en el tarro de la ensalada y luego se lo llevó a la boca para chuparlo de forma ansiosa mientras le miraba con aquel gesto juguetón que le era ya tan conocido. El menor se sobó con evidente angustia el bulto que aquel hombre había dejado en sus pantalones y se acercó a Key cuando éste se inclinó para recoger el plato de su padre, lo tomó por la cintura y lo apretó contra su cuerpo, mordisqueándole suavemente una oreja conforme frotaba su erección entre sus nalgas, provocando que su "umma" gimiera gustoso ante el roce antes de bajarle de nuevo un poco el pantalón a Minho, dejando salir su polla venosa y húmeda,relamiéndose en cuanto su hijastro la frotó por uno de sus muslos.


— Eres como un maldito perro restregándote contra los demás- le aparta de un empujón y lo agarra del cabello de la nuca con firmeza mientras dice con un rononeo- Ponte de rodillas, perro asqueroso.



Minho no dudó ni un sólo segundo en obedecer y ponerse dócilmente de rodillas delante de aquel hombre e igual de disciplinado fue cuando le ordenó que se quitara la ropa,permaneciendo aún en la misma posición. A Key le encantaba sentirse como el que dominaba la relación y sin lugar a dudas era así. Él mandaba y Minho complacía todas sus órdenes.
El hecho de que aquello llevara dándose desde que sus padres se divorciaron, fue como la compensación emocional al abandono de su madre, ella se había ido y le había abandonado allí, pero a cambio, la vida le había dado a un umma diferente pero que sí que se preocupaba por él y le prestaba aquella clase de atención especial... Y ese era en realidad el motivo de todos sus problemas en el instituto. Había empezado a tener serios problemas de conducta tras ingresar en el centro privado al que fuere su padre cuando tenía su misma edad. Se sentía terriblemente incomprendido porque no podía confíar en nadie para que le "ayudara" o que al menos comprendiera por lo que estaba pasando.
Y allí estaba ahora, viendo con ansiedad y con la garganta seca,como aquel ángel rubio se desnudaba ante sus ojos, dejando a la vista su precioso y perfecto cuerpo delgado... 
Ni siquiera hizo el esfuerzo de contenerse, lo atrapó por la cintura y gracias a su altura, aún de rodillas, no le resultó complicado atrapar los pezones de Key con los labios, chupándolos con desesperación mientras entre sus piernas, su polla vibraba angustiada por no poder acceder aún al cálido interior de su umma. Key lo sujetó por los cabellos, guiando así por donde se dirigía, llevándolo conscientemente hacia donde le daba la gana para que atendiera esa zona concreta de su cuerpo, consintiendo que le besara y lamiera hasta la saciedad; y Minho no cabía en sí mismo de la excitación y estaba a punto  de caramelo para emplear su cuchillo de carne contra el cuerpo de Key.


— Aahh... Eres un jodido desesperado...-gimió el rubio mientras jalaba del cabello de Minho para apartarlo de su cuerpo- Qui-eto...Quieto...¡Basta! -lo abofetea obligándole a que se aparte de sí, empujándolo luego para que caiga en el suelo sentado- Eres un puto impertinente...Aff... -se pasa dos dedos por los pezones- Mira lo que has hecho...Ahora me escuecen por tu culpa.
—Aff... Discúlpame, umma... Ahora...Déjame que te joda de una vez...
— Nada de eso, mocoso... Voy a castigarte por se un impertinente...-dicho eso, rozó con el pie la polla del adolescente, observando cómo le vibraba- Me das asco...


Tras aquellas palabras siseadas, Key le propinó una buena patada a la polla de su hijastro,viendo cómo tensaba todo el cuerpo y emitía un jadeo ronco. Era evidente en su voz que el dolor y el placer se mezclaban, provocando que esperara aún más tortura por su parte. Al momento se puso en pie,  a la orden del mayor y de nuevo consintió que golpeara de forma dolorosa su erección hasta que sintió que no iba a soportarlo más y por una vez, hizo alarde de su superioridad física, pues era más alto y más fuerte, y agarró a Key por los hombros, lo puso de rodillas y no fue necesario que dijera una sola palabra, el rubio abrió la boca y engulló el miembro de Minho mientras lo agarraba por la base para masturbarlo y succionó apretando con los labios escuchando aquel gemido placentero que acompañó al semen caliente que comenzó a derramarse en su boca. Se notaba por cómo temblaban los músculos del vientre de Minho, que era una eyaculación dolorosa y en cuanto el elixir blanco dejó de salir, Key se sacó su polla de la boca y le dejó ver todo el semen sobre su lengua. Se incorporó ytomando al adolescente por la mandíbula, le escupió en la cara el resultado de su éxtasis.


— Aff...Ahí tienes tu repugnante leche,mocoso...-sonrió de lado el mayor.



Antes de que Key tuviera tiempo de apartarse siquiera, Minho hizo alarde de porqué los adolescentes son incapaces de controlar sus hormonas, lo jaló por un brazo y lo llevó hasta el salón,tirándolo sobre el sofá y subiéndose encima de su cuerpo para evitar que intentara levantarse... Esa vez no iba a esperar por sus órdenes y no dudó ni un solo momento en meter su polla en el culo de Key. Llevaba demasiado deseándolo, necesitándolo como sólo un drogadicto podía necesitar su dosis diaria...Al no emplear ninguna clase de lubricante, resopló con fuerza sintiendo la piel tirante en aquel pequeño orificio que se dilataba para él conforme se mantenía inmóvil por unos instantes. Acto seguido, comenzó a embestir a Key. A la mierda el dolor y a la mierda todo. Si en ese momento llegaba por algún casual a entrar su padre y los encontraba follando, le daría putamente igual.
El rubio gemía arqueando la espalda y revolviéndose bajo el cuerpo de su hijastro,dejando arañazos por toda su piel, echando la cabeza atrás cada vez que la polla de Minho se clavaba en lo más hondo de su cuerpo en una ráfaga desbocada de rápidos e incontrolables embistes que levantaban sus caderas ante cada choque, obligándole a mantener las piernas bien abiertas para poder rescibirle en su interior como merecía aquel hijo tan devoto que tenía.
Key arañaba la espalda de su hijo mientras su voz exasperada y jadeante, demandaba que no se detuviera,que continuara moviéndose dentro de su cuerpo con aquella celeridad tan propia de la urgencia joven que Minho desbordaba por cada poro en pos de poseerle.
Debido a la fuerza de los movimientos del adolescente y el como se golpeaban sus cuerpos haciéndolo crujir, daba la sensación de que estaba cerca de romperse y eso hacía que Key se desesperara y abofeteara a su hijastro con fuerza. Cualquier pretexto era bueno para hacerle daño y Minho siempre lo aceptaba de buena gana...Aquellos castigos físicos implicaban en cierto modo, que Key le prestaba la atención suficiente como para preocuparse con él, compensando así el abandono que había sentido por la ausencia de su madre.

Debía ser siempre servicial, siempre obediente con cada una de las exigencias de Key, pero no le importaba, a aquellas alturas no era importante, lo único que de verdad importaba era tenerlo para sí, que ningún otro hombre fuera dueño de aquel perfecto y estrecho cuerpo que poseía cada vez que su padre se daba la vuelta... Pensar que todo había comenzado a los once años... Con aquel hombre sonriendo y susurrando que iba a ser un secreto entre ambos que comenzó con una mamada en su polla insuficientemente desarrollada como para ser realmente útil al momento de follar...
Minho susurró en el oído de su padrastro que deseaba que acudiera aquella noche a su dormitorio para poder repetir aquel momento y con tal de procurarse un magnífico orgasmo, Key habría sido capaz de prometerle lo que fuera.
Podía sentir la erección de su hijo apretando vez tras otra aquel punto dulce que de momento, sólo Minho parecía saber presionar de la forma adecuada para darle el mejor sexo que hubiera tenido en la vida.
Ambos sufrieron un orgasmo prácticamente simultáneo y en el momento en el que relajaron la tensión de sus músculos y se dejaron caer sobre el sofá, Minho pensó erróneamente, que su padrastro le permitiría quedarse acostado con él, disfrutando de aquella maravillosa quietud que llegaba tras el éxtasis. Sin embargo, Key se lo quitó de encima prácticamente con un empujón y lo echó al suelo como si fuera un dildo inservible de usar y tirar y que en aquel momento ya no podía proporcionarle nada de lo que deseaba. No hubo más palabras ni más jueguecitos subidos de tono. Key se empeñaría en recordarle en todo momento que nadie más que él decidía hasta dónde estaba dispuesto a dejarle llegar. 

Acto seguido, se levantó del sofá, se vistió y se fue a fingir que era un buen marido para limpiar la casa y preocuparse de hacer la comida para cuando su esposo regresara.

Una vez se hubo quedado solo en el salón, Minho se cubrió la cara con las manos y resopló llamándose asqueroso a sí mismo... Detestaba tener que admitir que aquello estaba mal... lo admitía, no estaba bien hacerlo y mucho menos sentirse orgulloso,por mucho que después la culpabilidad se apoderada de todo su cuerpo... En lugar de seguir buscando aquello, lo que debería hacer es salir huyendo tan rápido como fuera posible y tratar de pedir ayuda...Pero...¿Quién le iba a creer?¿Quién iba a tener en consideración siquiera que aquello no era más que el resultado de años de manipulación psicológica? A pesar de su superioridad en fuerza física ante Key, sería totalmente incapaz de hacerle daño, era más que eso... Sólo Key tenía la potestad de poder hacerle daño a él y estaba más que dispuesto a consentirlo porque se lo había enseñado así...
Lo peor de todo, es que era plenamente consciente de ello y que tenía que asimilarlo sólo...Con suerte, en un par de años,podría largarse de casa y huir de aquella vida que le hacía sentir tan miserable, por mendigar aquella clase de atenciones por parte de un enfermo como aquel.











Jonghyun regresó cuando ya había oscurecido y antes de entrar en casa ya le había extrañado no ver ninguna luz encendida. ¿Acaso su hijo había salido sin permiso?
Cuando ingresó en la casa, un olor extraño y nauseabundo llegó a sus fosas nasales, haciendo que todo su cuerpo se tensara. Podía reconocer ese olor a óxido... El conocido olor de la sangre...
Llamó a su hijo un par de veces, pero el menor no respondió y Jonghyun se apresuró a revisar la cocina y el piso superior de la casa, fue encendiendo las luces hasta que el panorama en el baño del fondo de la segunda planta, le hizo entornar los ojos.
Taemin estaba tirado en el suelo, una cuchilla llena de sangre se encontraba no muy lejos de su cuerpo y de sus muñecas brotaba bastante sangre... Ese era el olor que había percibido desde la entrada.
Haciendo alarde de su temperamento frío y analítico, Jonghyun se acercó y tomó aa su hijo para observar la gravedad de las heridas. Si bien porque era así de inútil o porque se había puesto nervioso, Taemin realmente no se había cortado nada vital,simplemente se había cortado y desmayado por la repentina pérdida de sangre. Se apresuró a curar las heridas y a coserlas de la mejor forma que pudo con lo que tenía en el botiquín de emergencia y tras ello, puso un buen vendaje que apretara lo suficiente como para que no se soltaran los puntos que le había dado, pasando al momento a recogerlo del suelo como lo haría con un muñeco sin valor, abrió el grifo de la ducha y metió al rubio bajo éste, sonriendo de lado en el mismo momento que comenzó a reaccionar tosiendo y revolviéndose entre sus brazos cuando el agua calló sobre él, provocando que gritara con voz rota al sentir el frío líquido sobre la piel obligándole a reaccionar de inmediato.
Jonghyun le mantuvo la cabeza bajo el agua incluso cuando trató de apartarse y no fue hasta que lo escuchó toser, que le soltó del cabello y lo dejó caer sobre el suelo empapado de la ducha mientras le observaba con enfado. Era un verdadero iluso si pensaba que con aquella pantomima iba a conseguir librarse de él.
Taemin levantó la vista y observó con gesto cansado a su padre. Se notaba el desconcierto en su rostro y miraba confundido al rededor. Habría jurado que ya no volvería a verse, que por fin habría logrado escapar pero... Al parecer, no era más que otro error, otro horrible intento fallido de librarse de aquella tortuosa existencia a la que estaba condenado desde que era un niño.


Antes de poder verlo venir siquiera, Taemin ya estaba luchando por forcejear con su padre y tratar de resistirse a una nueva violación. Incluso estando débil,trató de patalear y de revolverse para evitarlo, pero Jonghyun hizo alarde una vez más, de su dominio sobre su hijo y empleó sin dudarlo la fuerza bruta. Abusó salvajemente de Taemin en el suelo del baño hasta que no fueron sus muñecas lo único que sangró. Propinó mordiscos y golpes al débil cuerpo del menor hasta que finalmente no pudo más y quedó tendido inconsciente sobre el suelo del baño.
Jonghyun simplemente iba a asegurarse de que no se le olvidara cuál era su sitio en el mundo y en su casa, era su querido y adorado hijo y como siempre se portaba mal, obligaba a papá a castigarlo para que aprendiera la lección.


Una vez Taemin hubo perdido el sentido, Jonghyun lo tomó en brazos y lo llevó a su dormitorio para acostarlo en la cama junto a él, con el pequeño añadido de que lo amarró por ambas muñecas al cabecero. Así se aseguraría de que no volvería a intentar ninguna tontería y de que no se le ocurriría escaparse. No es que en realidad le preocupara. Sabía que Taemin detestaba alejarse de casa a pesar de todo lo que aquel sitio implicaba emocionalmente para él.



No fue hasta la madrugada que Taemin recuperó la conciencia y conforme abría los ojos, los cuales sentía terriblemente pesados, empezaba a ser consciente del dolor que subía por todo su cuerpo, desde las piernas hasta los brazos. Sentía aquellas ya conocidas e incómodas agujetas que eran el resultado de que su padre abusara de él,además del dolor de la fricción que se daba entre ambos, ya que él jamás ponía de su parte para aquellas cosas.
Movió un poco la cabeza para ver a su padre acostado a su lado y resopló cuando al intentar mover los brazos,fue consciente de que estaba amarrado y en ese momento, comenzó a sollozar y gimotear, pidiéndole a su progenitor que por favor le soltara. 

Jonghyun se movió incómodo en la cama y giró la cabeza para mirar a su hijo quien seguía intentando bajarse de la cama, jalando de las correas que lo mantenían sujeto al cabecero y por unos segundos lo observó con evidente cansancio:


— Taemin, haz el favor de callarte y de volver a dormir...Mañana tengo trabajo y quisiera poder descansar por una vez sin estar escuchándote llorar.
— Papá... Por favor... Te lo suplico... D-déjame ir...Su-suéltame...No lo soporto más...-gimoteaba el menor mientras miraba a su progenitor.
— ¿Tanto te desagrada ser el querido niño de papá? -comentó frunciendo el ceño.
—S-suéltame...Tengo...tengo que ir al baño...-susurró bajando la cabeza y esperando que así su padre cediera a soltarle.
— ¿Ah,sí?


Taemin apenas tuvo tiempo de ver venir una sonora bofetada que le hizo abrir mucho los ojos. Jonghyun le tomó bruscamente por el cabello y le hizo echar la cabeza hacia atrás mientras decía que iba a enseñarle una lección nueva, "No decir mentiras". Y mientras hablaba, se sacó la polla del pantalón y comenzó a orinarle encima a su hijo, quien intentó ocultar el rostro para evitar que lo hiciera sobre su cara, pero Jong no soltó en ningún momento el agarre e incluso terminó por metérsela en la boca y obligarlo a que se tragara toda su orina, lo que provocó que el menor, comenzara a tener arcadas ante aquel sabor ácido y caliente que le bajaba por la garganta contra su voluntad y del que al mismo tiempo estaba siendo rociado sin ninguna clase de piedad.
Una arcada algo más notable que el resto, hizo que Jong le sacara la polla de la boca justo a tiempo de apartarse y permitir que su hijo terminara por vomitarse encima al ser incapaz de moverse mucho más por seguir amarrado al cabecero de la cama.


— Maldita sea,Taemin... Eres realmente asqueroso... ¿Cómo puedes despreciar de esa manera lo que tu padre hace por ti? Eres un hijo malagradecido -dijo con evidente pesar en la voz mientras se sentaba al borde de la cama a verlo llorar y seguir sufriendo arcadas- Hagamos algo, hoy duermes conmigo, mañana, cuando te levantes, quiero que limpies todo éste asqueroso desastre que has montado. ¿Entendido?
—... -solloza y asiente mientras gira la cabeza a un lado sin querer ver a su padre ni que él tampoco pueda verlo llorar.
— Así me gusta, Taemin... Ahora, duérmete... Mañana, será otro día y todo irá mejor. Recuerda que tan solo me tienes a mi.


Dicho aquello, el monstruo que cada noche acudía a hacer realidad las peores pesadillas de Taemin desde su más tierna infancia, se acostó en la cama y volvió a abandonarlo en medio de las sombras de la desesperación, el miedo y la soledad.
No lo olvides Taemin...
"NO SE LO DIGAS A MAMÁ..."





[Final 1º parte]